El páncreas es un órgano que pertenece al aparato digestivo y que produce sustancias que ayudan al proceso de digestión de los alimentos. Además, el páncreas también produce hormonas como la insulina cuya función es regular las concentraciones de azúcar en la sangre.
De esta manera, el páncreas cumple 2 funciones fundamentales:
- Exocrina: Secreción de sustancias (enzimas) que ayudan a la descomposición de los alimentos.
- Endocrina: Producción de hormonas que permiten regular diversos aspectos en el cuerpo, como son la insulina y el glucagón que regulan los niveles de azúcar en la sangre y que se relacionan con el desarrollo de Diabetes.
El cáncer de páncreas es una enfermedad neoplásica maligna (tumor invasivo) que puede originarse a partir de diferentes células que se encuentran en su interior. Lo más frecuente es que se trate de un tumor desarrollado en el páncreas exocrino, siendo el adenocarcinoma pancreático el más frecuente con un 90% de los casos. Los tumores de páncreas endocrino constituyen una entidad poco frecuente, como los son el Insulinoma, Gastrinoma entre otros.
El páncreas se encuentra localizado detrás del estómago, y la localización más frecuente del tumor es en la cabeza y el proceso uncinado del mismo.
En cuanto a la patogénesis u origen del cáncer de páncreas, tenemos diversos factores de riesgo que potencian la posibilidad de su aparición que serán descritos en la siguiente sección. Existen, además, factores genéticos que han sido estudiados a lo largo de los años, y como sucede en la mayoría de los cánceres, las mutaciones asociadas son variadas. En el caso del cáncer de páncreas se han detectado diversas mutaciones siendo la más frecuente la mutación del gen KRAS la cual, se encuentra en el 92% de los casos de adenocarcinoma pancreático. Además de KRAS, existen mutaciones en otros genes menos frecuentes como lo son TP53 (20%-76%), BRCA1 (14%), BRCA2 (7.5%), CDKN2A, entre otras. Actualmente se realizan investigaciones constantemente para encontrar tratamientos dirigidos considerando las distintas mutaciones mencionadas.
El Cáncer de Páncreas es una patología poco frecuente. En Chile, constituye el 3% de todos los cánceres, y es el séptimo lugar en todas las defunciones por cáncer entre el 2000-2011. Es más frecuente sobre los 65 años y poco habitual bajo los 45 años.
Por último, hay que mencionar que el Cáncer de Páncreas no está incluido en las Garantías Explícitas en Salud (GES, cobertura estatal de ciertas enfermedades), motivo por el cual, para su diagnóstico y atención el financiamiento es a través de Fonasa, Isapre o particular dependiendo de la situación de cada persona.
Sin embargo, en caso de ser Isapre, existe la posibilidad de postular al CAEC (Cobertura adicional de enfermedades catastróficas), la cual se puede activar cuando una enfermedad no GES, por su alto costo, puede transformarse en una enfermedad catastrófica.
Por otra parte, también existe la Ley Ricarte Soto (Ley n 20.850), que consiste en un sistema de Protección Financiera para Diagnósticos y Tratamientos de Alto Costo, de carácter universal, que es asegurado por Fonasa a todos los beneficiarios de los sistemas previsionales de salud de Chile (Fonasa, Isapres, Fuerzas Armadas).
Entre los factores de riesgo tenemos los siguientes:
∙ Tabaquismo activo y pasivo (20-30% de los casos).
∙ Obesidad y sedentarismo.
∙ Dieta rica en grasas saturadas y proteínas.
∙ Consumo excesivo de Alcohol.
∙ Diabetes Mellitus de larga data.
∙ Pancreatitis Crónica (eleva el riesgo en 20 veces independiente de la causa).
∙ Exposición a carcinógenos (como el asbesto, níquel, etc.).
∙ Historia de Cáncer de Páncreas en familiar de primer grado.
Parte importante de la prevención además de evitar aquellos factores de riesgo que están directamente relacionados con el cáncer de páncreas, es evitar aquellas conductas que aumentan el riesgo de desarrollar una pancreatitis crónica, ya que como se mencionó anteriormente, su presencia aumenta 20 veces el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas. De esta manera, eludir conductas como el consumo excesivo de alcohol, dieta inadecuada y obesidad, diabetes y tabaquismo, disminuye el riesgo de padecer la enfermedad.
Además de lo anterior, es importante que, ante la presencia de antecedentes como haber padecido una pancreatitis aguda severa previamente o poseer un familiar de primer grado con antecedente de cáncer de páncreas, debe informarse al médico tratante con el objetivo de tener una alta sospecha ante la aparición de síntomas y signos sugerentes, para que, en caso de padecer la enfermedad, se realicen los exámenes pertinentes con el fin de tener un diagnóstico lo más precoz posible.
Los síntomas de Cáncer de Páncreas pueden ser bastante inespecíficos tales como baja de peso, fatiga, pérdida de apetito, dolor abdominal y/o lumbar. El dolor abdominal se caracteriza por ser intenso y continuo, además de aumentar con las comidas y localizarse en la mitad superior del abdomen. Puede existir la presencia de ictericia (coloración amarilla en piel y mucosas como por ejemplo la parte blanca de los ojos), orina oscura y heces de coloración blanca o con presencia de grasa (aspecto brillante, blanda, gotas de grasa en el agua del escusado).
En ocasiones, al examen físico también se pueden pesquisar aumento de tamaño del hígado, o la palpación de una masa en la zona alta derecha del abdomen.
Como es de suponer, los síntomas mencionados anteriormente se pueden presentar en diversas patologías, motivo por el cual el diagnóstico en ocasiones puede ser bastante difícil.
El diagnóstico se realiza ante la sospecha clínica basándose en la presencia de síntomas y signos, antecedentes familiares y exámenes de sangre e imágenes.
Entre los exámenes de sangre, es importante realizar un perfil hepático para buscar patrones que nos pueden orientar a un cáncer de páncreas. Otra opción disponible es el Ca-19, un marcador neoplásico en sangre que, a pesar de ser sencillo de obtener, no es tan útil al momento del diagnóstico, pues es de mayor utilidad en el estudio pronóstico y de seguimiento (para evaluar cómo avanzará la enfermedad).
Las imágenes tienen mayor relevancia a la hora de diagnosticar el cáncer de páncreas, siendo el examen inicial el escáner (Tomografía Axial Computarizada) de Tórax-Abdomen-Pelvis, el cual permite no solo observar masas de más de 2 cm en el páncreas, sino que también permite establecer la etapificación del cáncer (definir la etapa del cáncer de acuerdo con la presencia o ausencia de invasión de otros tejidos u órganos). Posterior a la realización del escáner se pueden realizar otros exámenes como la colangioRM o la endosonografía. Esta última en particular, permite tomar una biopsia sin necesidad de realizar un procedimiento mayor.
La ecografía de abdomen también tiene utilidad en aquellos casos que se presentan con ictericia (coloración amarilla de piel y mucosas).
El tratamiento de elección es la resección quirúrgica del tumor con márgenes negativos (ausencia de células neoplásicas en los márgenes de la resección). Lamentablemente, al momento del diagnóstico no son muchos los casos que pueden optar por la resección quirúrgica total del tumor, realizándose ante el cumplimiento de ciertas características y en ausencia de metástasis.
El tipo de cirugía que se realice dependerá de la ubicación del tumor. Lo más frecuente como se mencionó anteriormente, es que el tumor se encuentre en la cabeza del páncreas, siendo la cirugía más habitual la operación de Whipple o pancreatoduodenectomía. En dicha cirugía se retira el tumor que se encuentra en la cabeza del páncreas y además una porción de intestino, motivo por el cual se requiere una reconstrucción del tránsito intestinal. En caso de que el tumor se encuentre en otra porción del páncreas, dependiendo del tamaño, se realiza una pancreatectomía parcial distal.
Existe la posibilidad de complementar la cirugía con quimioterapia adyuvante (después de la cirugía) o radioterapia-quimioterapia neoadyuvante (antes de la cirugía). En ocasiones, la quimioterapia también puede utilizarse para disminuir los síntomas en aquellos pacientes que no tienen indicación de cirugía.
Como se mencionó inicialmente, existen estudios que se realizan constantemente en la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas que produzcan menos efectos secundarios en comparación a la quimioterapia y radioterapia y que a la vez, sean más dirigidas considerando las mutaciones propias de este cáncer. Actualmente, no se han encontrado terapias efectivas considerando la mutación más frecuente en este tipo de cáncer (KRAS). Sin embargo, el 2019 fue aprobado un medicamento llamado olaparib para su uso en el cáncer de páncreas asociado a la mutación del gen BRCA1 y 2. Con olaparib, se han visto resultados positivos en relación al tiempo libre de progresión del tumor.
Otros tratamientos dirigidos aprobados para el cáncer de páncreas avanzado y/o metastásico, son el erlotinib que actúa bloqueando el receptor del factor de crecimiento epidérmico disminuyendo así, el crecimiento y diseminación del tumor. Por otro lado, también existen estudios en búsqueda de alternativas dentro de la inmunoterapia como inhibidores de puntos de control y vacunas contra el cáncer. La inmunoterapia consiste en usar elementos propios del sistema inmune del paciente o elementos generados en el laboratorio para combatir diversas patologías.
En algunos subtipos de cáncer de páncreas, como los tumores neuroendocrinos (5% de los casos), existen otras terapias que se pueden utilizar como los inhibidores de tirosina kinasa. En Chile, entre estos medicamentos se encuentra aprobado el uso de sunitinib.
En caso de imposibilidad de resección quirúrgica, se realiza tratamiento paliativo con el fin de mejorar la calidad de vida de la persona al disminuir el dolor, prevenir la desnutrición, aliviar la ictericia y prevenir la obstrucción intestinal debido al crecimiento del tumor.
Finalmente, existen estudios en Chile relacionados con las nuevas terapias y que se encuentran en fase de reclutamiento (búsqueda de participantes). Si te interesa saber más de los mismos puedes ingresar a la página www.ensayosclinicos.cl donde encontrarás toda la información.